Cuando estamos sentados por mucho tiempo y al levantarnos sentimos dolor en la rodilla, las causas pueden variar, y no siempre es señal de algo grave. Aquí te hablaremos más sobre este tema.
¿Cuándo estoy sentada y me levanto, qué me provoca dolor de rodilla?
Esto ocurre cuando nuestras articulaciones y músculos se quedan en una posición durante largos períodos, lo que puede hacer que se sientan rígidos y tensos al momento de levantarnos. La rodilla es una articulación compleja que soporta el peso del cuerpo y está involucrada en todos nuestros movimientos cotidianos, por lo que cualquier molestia al levantarse puede deberse a factores que afectan sus componentes, como ligamentos, tendones, meniscos y cartílagos.
Una causa común de este dolor es la falta de lubricación en la articulación debido al tiempo que pasa sin movimiento. La rodilla produce un líquido sinovial que mantiene los movimientos suaves y sin fricción, pero si estamos inactivos, la producción de este líquido se reduce, provocando una sensación de rigidez.
Además, la debilidad en los músculos alrededor de la rodilla puede hacer que las articulaciones trabajen de más, causando molestias. La falta de fuerza en los músculos del muslo y la pantorrilla, por ejemplo, puede aumentar la carga en la rodilla y producir dolor.
La postura también juega un papel importante. Si estás sentado con las piernas en una posición incómoda o bajo una presión extra es probable que sientas dolor al levantarte. Esta postura prolongada puede causar presión sobre ciertos nervios, generando incomodidad cuando retomas el movimiento.
Asimismo, problemas previos, como lesiones antiguas o condiciones crónicas como la artrosis, pueden hacer que la rodilla se sienta aún más vulnerable al movimiento después de la inmovilidad.
¿Cómo saber si el dolor de rodilla es por desgaste?
Sentir dolor en la rodilla al levantarse puede ser una señal de que la articulación ha estado sometida a desgaste. A medida que utilizamos nuestras rodillas en actividades cotidianas, el cartílago, que es el tejido que recubre y protege los huesos, va perdiendo grosor y elasticidad. Este desgaste puede ser gradual, especialmente en personas que han practicado deportes de alto impacto o en aquellos que realizan movimientos repetitivos de flexión y extensión. Con el tiempo, esta pérdida de cartílago genera fricción en la articulación, y eso es lo que provoca el dolor.
Si el dolor que sientes es persistente y lo notas en la mañana o después de estar sentado, podría ser una señal de desgaste en la rodilla. Esto ocurre porque, al estar en reposo, el movimiento de líquido sinovial, que lubrica la articulación, es menor. Este líquido es el encargado de mantener el cartílago bien lubricado para facilitar los movimientos. Cuando nos movemos tras estar quietos, la falta de esa lubricación inmediata puede provocar una sensación de rigidez o dolor que mejora al movernos.
Otro signo de desgaste es la sensación de crepitación o “crujidos” al mover la rodilla, lo que sugiere que el cartílago ha perdido parte de su capacidad amortiguadora. Además, si el dolor aparece al subir o bajar escaleras, es común que el desgaste en la articulación esté avanzado. También podrías notar que tu rodilla se inflama o se siente caliente al tacto tras ciertas actividades.
El dolor de desgaste no necesariamente afecta a personas mayores; en realidad, quienes han tenido lesiones, sobrepeso o incluso a quienes pasan mucho tiempo de pie también pueden presentar este tipo de molestias. La combinación de estos signos te puede dar una idea de si el dolor al levantarte está relacionado con el desgaste.
¿Cómo quitar el dolor de rodilla al pararse de estar sentado?
Para aliviar el dolor de rodilla al pararse después de estar sentado, hay varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la comodidad y mantener las articulaciones más ágiles. Una de las mejores formas de reducir esta molestia es fortalecer los músculos alrededor de la rodilla, como los cuádriceps y los músculos de la pantorrilla. Estos músculos actúan como un soporte natural para la articulación, ayudándola a soportar el peso del cuerpo y disminuyendo la carga directa sobre la rodilla. Pequeños ejercicios de fortalecimiento, como levantar las piernas estando sentado o hacer estiramientos suaves, pueden ser muy efectivos.
La postura también juega un papel importante en el alivio del dolor de rodilla. Si pasas mucho tiempo sentado, intenta mantener una posición en la que ambas plantas de los pies estén en el suelo y la espalda bien apoyada. Evitar cruzar las piernas o adoptar posturas incómodas por largos períodos también puede hacer una gran diferencia en cómo se siente la rodilla al levantarte.
Aplicar calor o frío en la rodilla es otra técnica que puede ayudar a calmar el dolor. Un poco de frío en la zona inflamada reduce la hinchazón y el dolor, mientras que el calor, aplicado antes de moverse, puede mejorar la circulación y relajar los músculos alrededor de la articulación. Además, cuidar el peso corporal ayuda a reducir el esfuerzo extra que la rodilla soporta al moverse. Incluso una pequeña reducción de peso puede aliviar significativamente la presión en la articulación, haciendo que levantarse sea menos molesto.
Incluir movimientos suaves, como caminar un poco cada hora, mantiene la lubricación natural de la rodilla y evita la rigidez al momento de levantarse.
El doctor Jaime Torres te ayuda con el dolor de rodilla
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