Ir al contenido Hemos de iniciar comentando que «todo por servir se acaba» y nuestro cuerpo no es la excepción. Nuestro cuerpo es la máquina de mayor durabilidad y mejor hecha en el universo, pero está expuesta a diferentes situaciones a lo largo de nuestra vida que ocasionan que se vaya deteriorando y provocando desgaste. Uno de los tejidos especializados de nuestro cuerpo con poco poder de reparación o cicatrización es el cartílago.
El cartílago es el tejido especializado que recubre el hueso en nuestras articulaciones y que condiciona que podamos tener movilidad y hacer ejercicio sin dolor, este tejido es tan resistente que puede durarnos toda la vida, pero está expuesto a diferentes factores tanto genéticos como traumáticos que pueden ocasionar que pierda su estructura iniciando un proceso de desgaste de rodilla, que, a lo largo del tiempo, puede ocasionar dolor y discapacidad.
La rodilla es una de las articulaciones que tiene este tejido especializado y la rótula es la que tiene el de mayor grosor, pero al ser una articulación de carga que está expuesta a una infinidad de situaciones de sobrecarga y accidentes a lo largo de nuestra vida ocasiona que sea de las articulaciones que se dañan con mayor frecuencia, así que el desgaste de la articulación de la rodilla es un padecimiento que requiere atención para su diagnóstico y tratamiento oportuno.
El desgaste principalmente se identifica en pacientes de la tercera edad, debido a que con el tiempo y el uso que se le dio termina por desgastarse y generar artrosis. Actualmente, se está observando el desgaste articular de rodilla en pacientes cada vez más jóvenes, que va en relación principalmente a exceso de uso y exceso de carga de la articulación, accidentes que ocasionan lesiones de estructuras vitales dentro de la rodilla, enfermedades que destruyen articulaciones y provocan su desgaste a corta edad, trastornos hormonales sobre todo en el sexo femenino, malformaciones de rodilla desde nacimiento y a la falta de atención a tiempo de lesiones en sus rodillas que llevan a un desgaste prematuro como rupturas de meniscos o ligamentos.
El paciente con desgaste de rodilla principalmente manifestará dolor, este dolor está principalmente relacionado con el uso y la sobrecarga de la articulación, cuando el dolor es mucho mayor y está presente todo el tiempo es probable que al desgaste se agregue un proceso inflamatorio por el nivel de lesión articular.
Con el tiempo el paciente se dejará de mover y limitará sus actividades de vida diaria lo que provocará pérdida muscular y por consecuencia sensación de pérdida de fuerza, llevando a disminuir la movilidad y por ende a la rigidez de sus articulaciones. Entonces los pacientes con desgaste articular tendrán dolor, limitación funcional, pérdida de masa muscular y rigidez.
Los pacientes no necesariamente tendrán todos los síntomas que comentamos ya que hay enfermos y no enfermedades, así que el desgaste no se manifestará igual en todas las personas y esto va ligado al nivel de tolerancia al dolor de cada uno y a su nivel de actividad. Está demostrado que los pacientes activos que realizan ejercicios suaves que no lastimen su cuerpo limitan la pérdida muscular, mejoran la movilidad y por ende su dolor es menor.
Hay pacientes que con mínimos rasgos de desgaste articular tienen dolor moderado o severo que requieren el uso de medicación para su tratamiento; al lado contrario, hay pacientes con desgastes severos que no requieren medicamentos para su control. Siendo así que el tratamiento para cada paciente varía en relación con el grado de dolor y grado de discapacidad que manifiesten para su vida diaria.
El diagnóstico se realiza mediante la toma de estudios radiográficos de la rodilla en dos posiciones: principalmente, anteroposterior y lateral, que es preferible que se tomen con el paciente en apoyo de la extremidad afectada para valorar con exactitud la pérdida de espacio entre los huesos de la articulación.
La radiografía nos otorga datos del grado de deformidad hacia adentro o hacia afuera de la rodilla, la cantidad de espacio entre cada hueso, la formación de osteofitos (picos de hueso), el engrosamiento del hueso o formación de quistes en las zonas con cartílago. Esto nos permite realizar una clasificación del desgaste en 4 grados, siendo el cuarto grado el de mayor severidad. Cuando los estudios de radiografías no muestran desgastes avanzados o severos nos valemos de otros estudios como tomografías o resonancia magnéticas para valorar otras estructuras que no se ven en la radiografía.
El tratamiento va en relación con cada paciente y su grado de desgaste articular. Dependiendo del grado de dolor y discapacidad es la necesidad de solo dar manejo conservador con cuidados, ejercicios y medicamentos o de indicar cirugías que mejoren su calidad de vida.
El manejo conservador inicia con educación acerca de lo que debe y puede hacer, ejercicio suave que movilice sus articulaciones como pedaleo tipo bicicleta, caminar o nadar en la alberca, trabajo suave de gimnasio y ejercicios que mejoren su flexibilidad. Está demostrado que el dolor es menor en pacientes que tienen un buen nivel de actividad que en los que no lo tienen. Al igual, la ayuda para mejorar su movilidad obtenida en una clínica de rehabilitación puede mejorar sus síntomas y calidad de vida.
La siguiente línea de tratamiento se enfoca en otorgar alivio del dolor con medicación tanto tomada como untada. En pacientes de la tercera edad se usan medicamentos que mejoran su dolor y no irriten su estómago ni afecten su hígado o riñón; además de ser seguros para su uso a largo plazo. En el caso de los pacientes jóvenes, los fármacos solo se usan para mejorar su dolor agudo y después educar al paciente para que cuide la articulación y no tenga que estar tomando medicamentos toda su vida.
También nos valemos de sustancias que aumentan la viscosidad como el ácido hialurónico que se infiltra dentro de la articulación y puede mejorar sus síntomas de dolor por al menos 6 meses, cabe recalcar que esta inyección no es para todos los pacientes, se tiene que hacer una adecuada selección para poder dar el resultado esperado.
Los esteroides intraarticulares son sustancias que se indican cuando el problema principal de la articulación es inflamación y no desgaste. Este tipo de inyecciones no sirven para una rodilla desgastada porque no mejoran en nada su artrosis.
Los aparatos ortopédicos, como rodilleras, no los indico, ya que no han demostrado ser útiles para tratar el desgaste de rodilla. Otorgan una falsa sensación de estabilidad, ya que suplen la función muscular, lo mejor siempre es tener músculos en buenas condiciones para mover su articulación y limitar el dolor.
El tratamiento quirúrgico se indica en paciente que a pesar del manejo conservador continúan con dolor y discapacidad, como una microcirugía (artroscopia de rodilla) donde a través de una cámara y heridas de medio cm en su rodilla se limpian los desechos dentro de la articulación y se pueden evaluar estructuras como los meniscos y tratar sus lesiones, con lo que pueden mejorar sus molestias.
El tratamiento definitivo para desgastes avanzados de rodilla que tienen dolor, limitación funcional y discapacidad es la prótesis de rodilla. Este procedimiento es una cirugía mayor donde se cambian las superficies articulares por un recubrimiento de metal, que lleva un polietileno (plástico) en medio para evitar la fricción de metales. Con este procedimiento el objetivo es quitar el dolor, permitiendo caminar sin molestias y poder tener un rango de movilidad para recuperar tu bienestar y mejorar tu calidad de vida.
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