La rodilla es la articulación más grande en el cuerpo humano, se compone de la unión de 3 huesos: cóndilos femorales, los platillos tibiales y patela, estos tienen medios de unión y movilidad como cápsula, ligamentos, tendones y músculos que funcionando coordinadamente hacen que la articulación trabaje de forma óptima. Los ligamentos cruzados se lesionan mayormente en actividades deportivas, sin embargo, se puede presentar en accidentes de alta energía y actividades de la vida diaria.
En menor medida se encuentra la lesión de ligamento colaterales que es acompañada de una lesión de ligamentos cruzados. En caso de ruptura será necesario repararlos mediante una cirugía de ligamentos cruzados en Monterrey.
La población de riesgo para la lesión de ligamentos cruzados son pacientes deportistas que al momento de recortar o realizar movimientos de pivote (cambios bruscos de dirección), en su mayoría se presenta en mujeres debido a diversos factores anatómicos e histológicos propios del género.
Lesiones del ligamento cruzado anterior
El ligamento cruzado anterior es una estructura intraarticular que se localiza en ambas rodillas que va del cóndilo femoral a la tibia, estructuralmente está compuesto por fibras de colágeno. La vascularización del LCA es escasa por lo que su poder de cicatrización es nulo. Sirve para favorecer la estabilidad y ayudar a la movilidad y el buen funcionamiento de la articulación, es el más frecuente que sufre rupturas que requieren reparación, su ruptura provoca dolor y limitación para la función provocando discapacidad. Comúnmente el dolor se agudiza al reproducir el mecanismo de lesión.
Se requiere investigar lesiones asociadas para poder determinar la urgencia de su reparación. A mediano plazo, de no atenderse la lesión será motivo de un desgaste acelerado de la articulación con el riesgo inminente de lesiones más severas, la cirugía es recomendada como urgencia cuando se acompaña de lesiones meniscales, de otros ligamentos y cartilaginosas que causen bloqueo o incapacidad importante.
Cuando son lesiones aisladas pueden convertirse en cirugías programadas y se recomiendan esperar a mejorar el estado inflamatorio de la rodilla y se realizará en pacientes que presentan dolor que no mejora con medidas no quirúrgicas, pacientes jóvenes, trabajadores o deportistas con actividades de alto rendimiento y cuando ocasionan discapacidad en las actividades de vida diaria de los pacientes.
Otra causa de dolor que también es susceptible de cirugía de ligamentos cruzados en Monterrey es la lesión de ligamento cruzado posterior, esta inestabilidad requiere de un procedimiento quirúrgico para su estabilización, en caso de no realizarse pueden provocar daños irreversibles a nivel del cartílago y las estructuras óseas de la articulación. Es un procedimiento que también se puede realizar por artroscopía.
Diagnóstico de la lesión
Lo más importante es un buen interrogatorio en relación con el momento de la lesión, ya que la mayoría de los pacientes saben exactamente qué fue lo que les pasó: por ejemplo, se me quedo trabada la rodilla y se giró o se deformó hacia adentro, refieren un chasquido seguido de un aumento de volumen en la rodilla, además de una minuciosa exploración física dirigida que nos dará con certeza la mayor cantidad de datos para poder integrar un diagnóstico e instituir un tratamiento. En algunos pacientes es necesario realizar procedimientos invasivos durante la exploración como la artrocentesis que ayudará a aliviar el dolor y disminuir el volumen de su rodilla.
Estudios de imagenología
La solicitud de estudios de imagen complementará el diagnóstico establecido y lograrán identificar lesiones que no se identifiquen en la exploración. Los estudios son dirigidos al diagnóstico establecido y pueden ser radiografías, ultrasonido, tomografías, resonancia magnética y en conjunto apoyarán un tratamiento específico de acuerdo con su diagnóstico.
Las radiografías son útiles para descartar fracturas o lesiones óseas secundarias al mecanismo de lesión. La resonancia magnética simple es el estudio de elección para el diagnóstico de ruptura, es el más solicitado y es útil en la práctica para detectar otras lesiones como rupturas de menisco, así como fracturas en el cartílago articular.
Si la exploración física y los estudios de imagen no son concluyentes, se recomienda una artroscopia diagnóstica antes de preparar al paciente para una cirugía definitiva y mediante la visión directa y la manipulación de los tejidos determinar si es necesario realizar la reparación o no del ligamento lesionado.
Tratamiento de las lesiones de ligamento cruzado
El tratamiento de la lesión de ligamento cruzado es individualizado dependiendo el diagnóstico del paciente ya que va desde una lesión parcial hasta una lesión completa del ligamento, en el caso de lesión parcial se recomienda fortalecimiento muscular del cuádriceps y músculos isquiotibiales asociado a entrenamiento propioceptivo, el uso de férulas deportivas no sé recomienda por su nulo resultado, las férulas funcionales mejoran la propiocepción dando sensación de mejor función y estabilidad.
La cirugía de ligamentos cruzados en Monterrey debe ser individualizada ya que se debe tomar en cuenta principalmente el grado de movilidad del paciente, en pacientes sin actividad física demandante, edad avanzada y trabajos de baja demanda se recomienda actividad con modificaciones en sus actividades de vida diaria y evitar movimientos bruscos en su rodilla.
Mientras que, en el paciente que no responde a medidas no quirúrgicas, jóvenes, trabajos demandantes y deportistas de alto rendimiento se recomienda cirugía a fin de evitar inestabilidad y prevenir lesiones secundarias de menisco y cartílago articular que ocasionan un desgaste acelerado de la articulación.
Hay trastornos de la rodilla que acompañan a la ruptura que son susceptibles de cirugía como lesión condral, ruptura de ligamentos colaterales y lesiones de menisco deben ser atendidos como prioritarios, ya que serán causa de síntomas dolorosos y ocasionarán lesiones más severas de la articulación.
Cirugía artroscópica de rodilla
La cirugía artroscópica de la rodilla es un procedimiento de mínima invasión que requiere un entrenamiento especial en cirugía articular de rodilla, el objetivo mediante cualquier técnica es colocar el tendón nuevamente en su posición mediante diferentes técnicas que depende del tipo de lesión, calidad de tejidos, experiencia del cirujano, el tipo de materiales por utilizar.
Con el procedimiento se podrá revisar la rodilla por dentro, trabajando a través de heridas de medio centímetro, apoyado con sistemas de visión, introduciendo un lente especial que se proyecta sobre un televisor y con los instrumentos introducidos a través de las heridas se realizarán las reparaciones necesarias de cualquier lesión que se identifique, al igual se realizarán las perforaciones necesarias para poder introducir el injerto en los túneles realizados.
La reparación de ligamento cruzado se realiza con injerto y para que sea considerado idóneo para realizar debe cumplir las siguientes características: que permita una fijación rígida y resistente a las cargas cíclicas, que no sufra movimiento dentro del túnel y que cicatrice rápidamente. Los tendones isquiotibiales constituyen una buena alternativa, siendo la más frecuente en uso. También podemos considerar injerto de tendón rotuliana (técnica hueso-tendón-hueso), y tendón del cuádriceps.
La utilización de los aloinjertos (tendones donados obtenidos en bancos de tejidos de donadores cadavéricos) la cual permite emplear el tendón rotuliano, tendón de Aquiles, tibiales o peroneos. Son injertos que cumplen con los requerimientos de seguridad para evitar transmisión de enfermedades por el trasplante del tejido, y con los criterios histológicos para hacer una buena función como nuevo ligamento.
Cuidado postquirúrgico
Después de la cirugía es probable que presenten que controlará un especialista mediante bloqueo específico que mantendrá sin dolor la extremidad las primeras 24 horas, analgésicos, antiinflamatorios, terapia con frío, posterior a eso el dolor es controlado mediante medicación analgésica y antiinflamatoria vía oral permaneciendo la mayoría de los pacientes con un nivel de molestia tolerable.
En la mayoría de los casos puede ser ambulatoria, pero depende de múltiples factores la decisión de internamiento, normalmente a nuestros pacientes les indicamos por lo menos una noche de hospitalización y así poder controlar cualquier molestia postoperatoria y vigilar la rodilla que se encuentra anestesiada el primer día. Posterior a eso con seguridad se dan indicaciones de cuidados en casa y se envía a su domicilio; se cita a la semana del procedimiento para la revisión de sus heridas y dar instrucciones de inicio de rehabilitación.
A los pacientes post operados les damos un seguimiento semanal el primer mes para poder evaluar evolución y que no existan complicaciones. Enviamos a rehabilitación a nuestros pacientes para mejorar inflamación y recuperar movilidad de la rodilla operada inicialmente de forma pasiva y después activa y así limitar las molestias que pueda presentar y llevar a un resultado satisfactorio.
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