El pie es la última estructura de la extremidad pélvica, a través de ella nos comunicamos con el exterior e interactuamos con el suelo, es rígida y a la vez flexible debido a su increíble arquitectura actuando como un arco que sirve para distribuir de manera uniforme el peso en el suelo.
El pie está compuesto por varias regiones que tienen funciones específicas en el funcionamiento mediante dos formas: estática y dinámica, todo esto ayudado por el sistema de ligamentos y cápsula que lo hacen flexible, pero a su vez estable, al igual, el pie tiene un sistema de tendones y músculos que actúan en conjunto con las estructuras osteoligamentarias para dar la forma de arco a la planta del pie y mantenerla.
Cabe la pena mencionar que los trastornos neurológicos provocan una alteración en el funcionamiento adecuado del arco del pie provocando trastornos en la posición y la marcha, por lo que requieren atención.
Los pies trabajan en conjunto con el tobillo para descargar el peso total del cuerpo en el suelo, el tobillo está compuesto por 3 huesos: tibia, peroné y astrágalo, que en su conjunto forman una mortaja que descansa sobre la tróclea en una perfecta congruencia, otorgando ángulos de movilidad aproximadamente 45 grados de flexión plantar y 15-20 de dorsiflexión que en su conjunto dan la movilidad y posibilidad de marcha al pie.
Hay estructuras musculares importantes que le dan la estabilidad al complejo del tobillo y pie, entre ellos podemos mencionar a los tendones peronés que están en la parte externa del pie y ayudan a la eversión el tobillo, tendones tibial anterior que favorecen la dorsiflexión, el tibial posterior que ayuda para la flexión plantar e inversión del tobillo, y la musculatura intrínseca formando la fascia plantar y ayuda con el mantenimiento de la forma de la bóveda plantar al momento de la marcha, así como una estructura de vital importancia que realiza la flexión plantar del pie: el Tendón de Aquiles que proviene de los músculos de la pantorrilla y es el más poderoso del cuerpo; ayuda a ponernos de puntillas y sobre todo a realizar una correcta marcha, son susceptibles de rupturas espontáneas sin causa aparente debido a un proceso degenerativo a lo largo de la vida.
Hay diferentes formas que tiene el pie: pie egipcio, pie cuadrado, pie griego que son variantes anatómicas del mismo y están dentro de la normalidad, pero cada tipo de pie puede predisponer a padecer diferentes enfermedades y de ahí la importancia de un estudio meticuloso del pie, revisar su forma y prevenir enfermedades mediante diferentes recomendaciones.
También en el arco podemos encontrar diferentes tipos: cuando tiene un arco muy grande se llama pie cavo, cuando el arco es pequeño o no tiene es pie plano. Este tipo de alteraciones pueden ser originadas por patologías neurológicas o trastornos degenerativos de las estructuras que le dan estabilidad al arco del pie.
En el pie al tener un gran número de estructuras tenemos abundantes causas de patologías, siendo de las principales las deformidades y después el dolor por trastornos inflamatorios.
La deformidad más frecuente que encontramos en la patología del pie es el Hallux Valgus o juanete, el cual es una desviación del primer ortejo del pie provocando una protuberancia en la parte interna llamada unión y una desviación hacia afuera de la punta del dedo, lo cual provoca choque con el segundo dedo llevando a traslapamientos y deformidades. Esta patología es muy frecuente, pero no todos los juanetes son dolorosos, por lo que las personas se adaptan a vivir con ellos y llevar una vida sin dolor a pesar de la deformidad.
En la población mexicana debido al uso de calzado con medidas estándar hace que los pacientes con pies anchos tengan áreas de contacto que causan callosidades, enrojecimiento, dolor y a veces ulceraciones; en el mercado, el calzado con mayor anchura ofrece mayor confort para su uso y evita esas áreas de contacto, se usan correctores de juanetes para limitar la tensión que genera el tendón que provoca la desviación, contrarrestando la deformidad del dedo y así poder limitar el avance de la desviación y su sintomatología.
Cuando el paciente busca ayuda es porque tiene dolor y discapacidad para la marcha, ahí inicia nuestra evaluación, la cual incluye una exploración meticulosa, revisión de estudios radiográficos donde se muestra el estado de la articulaciones y la relación con las estructuras vecinas entre sí, así como las variantes anatómicas que pueda presentar. A través de todo este estudio podemos determinar la mejor opción de tratamiento para su desviación, desde la simple modificación de su calzado y uso de ortesis, hasta el procedimiento quirúrgico de elección dependiendo de su deformidad. La cirugía de plastia de juanetes se les ofrece a los pacientes sintomáticos con deformidades que no le permite utilizar cualquier zapato o que afecta su capacidad para caminar.
La cirugía de juanetes consiste básicamente en corregir la deformidad del primer ortejo mediante diferentes técnicas, hay desde la mínima invasión que solo busca resecar exceso de hueso y trabajar sobre los tejidos blandos que contrarrestar la deformidad, hasta la cirugía abierta con cortes de hueso para su realineación y también el manejo de tejidos blandos. La cirugía es un procedimiento ambulatorio, se puede hacer con un bloqueo en la espalda o con anestesia regional anestesiando los nervios a su paso por el tobillo. El paciente se la coloca un vendaje especialmente colocado por 4 semanas y será cambiado cada semana, usará un zapato postquirúrgico para la deambulación y así asegurar el apoyo con la extremidad operada y no causar discapacidad.
Los dedos en garra son una contractura de diferentes estructuras anatómicas específicas del dedo del pie lo que provoca la flexión forzada y permanente del dedo, llevando a zonas de presión con enrojecimiento y dolor en el dorso de este, limitando la marcha y función del pie. Este tipo de deformidades se benefician en ocasiones de correctores cuando la deformidad es flexible, pero la mayoría de las veces nos encontramos con deformidades rígidas y es necesario realizar una liberación de tejidos blandos y en ocasiones cortes en hueso. Es con anestesia local, ambulatoria y la mayoría se recupera al término de 4 a 6 semanas.
La metatarsalgia es un dolor por sobrecarga en la cabeza de los metatarsos, como sabrán un 40% de la carga que cae al pie va a la cabeza de los metatarsianos, en ocasiones al tener un mal funcionamiento la carga en cabeza de los 2 a 3 dedos del pie es mayor, llevando esto a un dolor y formación de callosidades en la región anterior de la planta del pie, En el tratamiento obtienen un buen resultado la mayoría de las veces el uso de plantillas con barra metatarsal y algunos ejercicios específicos del pie y se deja el manejo quirúrgico para los que no responden a medidas conservadoras.
La fascitis plantar o mal llamada “espolón calcáneo” es un trastorno inflamatorio de la fascia plantar al insertarse en el talón, es la causa más frecuente de consulta por problemas inflamatorios en el pie, es causa de dolor intenso y limitación funcional. Una contractura de la pantorrilla puede estar detrás de la causa de esta inflamación, por lo que son recomendados los ejercicios de estiramiento del pantorrilla, disminución de la carga del talón usando zapato de tacón o plantillas de talón, cuando no hay resultados realizamos infiltraciones y en muy pocas ocasiones llegar a indicar cirugías para este padecimiento.
Tratamos pacientes con pies planos, desde su diagnóstico, tipos de plantilla que requieren o en ocasiones algunos pueden requerir cirugía.
Si tienes un dolor que te aqueja en el pie, y no mejoras con los cuidados y medidas de manejo conservador, entonces nosotros podemos ayudarte, tenemos la experiencia y las medidas para poder ofrecerte el mejor tratamiento para tu dolor en particular.
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